Realmente creo que Dios ha tenido un plan para mi vida como también lo tiene para ti. Todavía no sé lo que Dios tiene en mente para mí. Como diría Ray, no sé adónde voy, pero no estoy perdido.
Me crié en un rancho de 160 acres, a 3 millas de un pequeño pueblo rural de Nebraska. Cultivamos algo de alfalfa y teníamos algunos granos pequeños en aproximadamente la mitad de los acres. El resto se usó como pasto para las vacas lecheras, algunas vacas de carne y mis ponis.
Mis padres me brindaron muchas oportunidades para trabajar, crecer y aprender. Teníamos un gran jardín, hacíamos algo de agricultura y teníamos algo de ganado que cuidar, sin embargo, no había mucha perspicacia con los caballos. Mi padre se crió en una granja de tierra pobre en el sur de Nebraska y usó algunos caballos para la agricultura. En las décadas de 1920 y 1930 los tiempos eran difíciles y él dejó ese ambiente para buscar una educación y una carrera profesional. Mi madre fue criada en un rancho familiar en el oeste de Nebraska, sin embargo, quedó ciega a los 17 años y no podía ver lo que estaba haciendo con los caballos, pero sabía lo que el caballo podía hacer por el interior de un hombre o un niño. y vi que tenía la oportunidad de experimentarlos.
Cuando tenía 5 años, un comerciante local, que criaba y comerciaba con muchos caballos y ponis, hizo un trato con mis padres y conmigo para traerme un pony bien domado para montar. Cada año después de eso, durante mi adolescencia, me trajo varios ponis cada año para que los montara; 3 a 12 por año.
Esto me proporcionó mucha experiencia y, sin embargo, sin mucha orientación, agenda u opinión sobre cómo hacer las cosas. Cuando tenía entre 10 y 12 años, montaba caballos de granero para mostrarlos a la venta a través del ring o después de la venta para que algún comerciante pudiera ver lo que habían comprado. También comencé a montar caballos y ponis para otros padres que habían comprado para sus hijos, pero sus hijos no se llevaban bien con ellos.
Lo que resultó ser una influencia muy fuerte en mi vida con el crecimiento de mi caballo fue pasar mucho tiempo jugando con los niños del vecino y sus caballos. Usaban sus caballos para el trabajo del rancho, sin embargo, cada vez que estaba allí para jugar, no había trabajo real ni agenda ni qué hacer. Su padre pasó mucho tiempo observándonos mientras tratábamos de hacer cosas nuevas con nuestros caballos. De vez en cuando lo escuchaba decir: "Mira que no te patearía". Pronto aprendí a reducir la velocidad, cambiar mi enfoque o ángulos o algo malo estaba a punto de suceder. A menudo digo que nunca supe el valor de esas palabras y tal vez nunca lo sabré. Tengo algo de aprecio por lo que esas palabras me enseñaron. Temprano aprendí a asumir la responsabilidad, cambiar mi enfoque y no culpar al caballo. Aprendí a no hacer de lo que estaba haciendo una competencia. Gané confianza, autoestima, cómo leer un caballo y cuándo se estaba volviendo inseguro y todo eso y más. Puede que todavía no me dé cuenta de todo. Tal vez lo más importante es que he llegado a comprender la humildad que se necesita para permanecer en la valla y no darme reconocimiento a mí mismo haciéndolo por mí o privándome de la oportunidad de experimentar y aprender.
Cuando tenía 14 años comencé a participar en algunos rodeos, montando toros y caballos a pelo. Uno de los comerciantes de caballos para los que monté caballos de venta también era contratista de rodeos. Durante varios años monté sus toros de prueba. Esta fue toda una experiencia. Se refirió a mí como su entrenador de toros. En ese momento, no tomé la siguiente declaración como un cumplido cuando dijo que si tal o cual tenía mi intento o yo tenía su talento, seríamos campeones mundiales. Unos 50 años después, veo que el intento es más importante que el talento, ya que lo era, visto por mis entrenadores, mi esposa, Ray y la mayoría de las demás relaciones que me abrieron tantas puertas que me permitieron desarrollar mi talento. Veo tanto talento sin ningún intento y la mayoría de las veces se desperdicia. No te digo esto para que me entiendas, sino para animarte a que no desistas de tu intento sin importar cuáles creas que son tus oportunidades o talentos.
Comencé a desarrollar algunas habilidades en la equitación y la lucha libre, llené mi permiso PRCA y compré mi tarjeta en 1974.
En 1967 me casé con mi esposa Debbie. Ella me ha ayudado y apoyado desde entonces.
En 1968 fuimos a California donde asistí a la Escuela de Herradura. Tuve un muy buen instructor “Hank MCEwen”. Tenía mucho trabajo por delante cuando entré sin haber visto nunca un caballo herrado. No sabía colores, marcas, razas, características, fallas conformacionales y falta de solidez. Reconoció mi experiencia y trató y trabajó duro para ponerme al día en las cosas que me faltaban. Hank me inculcó que calzar era un mal, pero un mal necesario que necesitábamos aprender y asumir la responsabilidad de minimizar el mal y maximizar los beneficios.
Después de un breve aprendizaje con un herrador mayor en California, regresamos a Nebraska para ayudar a Mick Clark con su negocio privado de herradura mientras dedicaba tiempo a iniciar la Escuela de herradores de Nebraska.
Mick continuó ayudándome a comprender más sobre la cojera y los problemas de conformación y las técnicas de herrado que beneficiaron estos problemas, dándome la capacidad de comunicarme con los veterinarios y ayudar a que los caballos vuelvan a estar sanos. Mick y yo hemos continuado esta relación y aún intercambiamos ideas y experiencias.
Al principio de mi carrera como herrador, pude herrar caballos para Howard Pitzer, uno de los criadores de Quarter Horse más destacados de la industria. Howard crió y crió caballos sobresalientes. Conocía el valor de unas buenas patas y pezuñas y de esa manera sólo era posible mediante buenas prácticas de crianza y un correcto mantenimiento de las patas. No esperaba ninguna bala mágica.
Howard me brindó ayuda experimentada para atrapar y sostener a los caballos jóvenes. Su ayuda fue humilde, paciente y respetuosa conmigo y con mis necesidades para hacer mi trabajo. Aprendí mucho acerca de ser un mejor jugador de equipo de su ejemplo.
La gran cantidad de caballos jóvenes allí para trabajar sin expectativas me hizo darme cuenta de que necesitaba más preparación, y la mayor parte de esto fue realizada por la ayuda experimentada que brindó Howard. Sin embargo, necesitaba construir sobre lo que comenzaron cuando les recorté los pies. Tuve muchas oportunidades de practicar mi parte con este sistema. Generalmente recorté más de 40 caballos por día. Una vez recorté 88 cabezas en un día. A menudo, este sería un proceso de 2 semanas para terminar con todos los caballos jóvenes de Pitzer Ranch.
Howard no esperaba grandes procedimientos correctivos. Quería acortar el casco tanto como fuera posible y mantenerlos en un horario rígido. Esto permitió que el casco creciera y se convirtiera en el mejor pie posible. Aprendí el beneficio de esta libertad y me hicieron conocido como un herrador correctivo. Me solicitaron otros criadores que habían estado usando sus opiniones sesgadas para educar a sus herreros sobre cómo enderezar las patas de sus caballos. Debido a mi reputación, se me permitió hacer lo que pensé que era correcto, recortar y equilibrar el casco. No podían entender por qué no podían conseguir que sus herreros corrigieran sus caballos. No entendían que no se trataba de corregir sino de ser correctos.
Ha habido muchos otros beneficios en esta relación con esta leyenda de la industria. A menudo, pasaba el rato donde yo estaba zapateando o salía a comer conmigo y compartía muchas ideas sobre las características de conformación en relación con el rendimiento, los criterios de evaluación, las relaciones con los clientes, la preparación del espectáculo, el aseo, el acondicionamiento, el transporte y muchas otras cosas. concerniente al caballo. También me presentó directa o indirectamente a muchos otros jinetes que me llevaron a muchas otras oportunidades.
Por esa época, alquilamos un establo en Omaha, Nebraska. Nos convertimos en familia del propietario y su familia. Vivíamos en la misma propiedad en casas separadas. Sus 3 hijos estaban todos interesados en mostrar caballos. Principalmente montaba caballos de silla y comenzaba a luchar en los rodeos. No había entrenado ningún caballo de exhibición. Me involucré en ayudar a transportar a estos niños a sus espectáculos de caballos. Se mostraron en la mayoría de las clases, incluidos los eventos cronometrados. En un esfuerzo por ayudarlos, busqué información sobre técnicas de entrenamiento y mostrar criterios de muchos de los mejores entrenadores de las naciones a partir de los contactos que había hecho como herrador. Durante los siguientes 4 años, estos niños ganaron muchos títulos AQHA, estatales y 4-H. Fui elegido y honrado de servir como director estatal de jóvenes. Vi que muchas políticas y regulaciones se establecieron con agendas y prejuicios personales. Me convertí en algo así como un amortiguador para minimizar esos prejuicios.
En 1976, Mick Clark, el hombre que me había ayudado a iniciar mi negocio de calzado y que era propietario y dirigía la Nebraska Farrier School, sufrió una lesión en la rodilla. Me pidió que fuera a enseñar en su escuela. Esta fue otra gran oportunidad para mí. Mick estaba muy organizado y la Escuela de herradores de Nebraska estaba bien desarrollada con un plan de estudios sólido, una base de clientes de herraje leales y una lista de espera de estudiantes. Todo lo que tenía que hacer era seguir el esquema de conferencias de Mick y su plan de estudios para su laboratorio, compartir mis ideas sobre técnicas de herrado, experiencia en el manejo de caballos y conocimientos de seguridad. La enseñanza y el intercambio de estas ideas profundizaron y ampliaron mi comprensión de lo que estaba enseñando. Tuve muchos buenos estudiantes que tuvieron carreras exitosas.
Estaba tratando de mantener parte de mi negocio personal de calzado, incluido Pitzer Ranch. En la primavera de 1978, mi negocio de calzado me estaba cubriendo un poco. Mick estuvo de acuerdo en que podíamos cancelar una clase de herraje para que pudiera volver a ponerme al día. Howard Pitzer necesitaba a alguien que entrenara y mostrara sus caballos, sugirió que canceláramos la escuela de herraje por un par de años y me ofreció un trabajo de entrenamiento y exhibición de sus caballos. Mick estuvo de acuerdo en que sería bueno para mí tener esta experiencia y para la escuela si esperáramos para reabrirla. Acepté ir a trabajar para Howard Pitzer en 1978.
Entrené, mostré y continué herrando los caballos de Howard de 1978 a 1982. Fue una agenda muy ocupada de iniciar nuevos caballos, amarrar y prepararme para todas las demás clases de rendimiento para lograr el campeonato AQHA. Howard tenía la misión de que su famoso sem*ntal Two Eyed Jack ganara el número sin precedentes de 100 campeones AQHA. Esto incluyó 15 puntos AQHA en cabestro, 15 puntos AQHA en desempeño, 10 en una categoría y un mínimo de 5 en una segunda categoría. Me siento honrado de que Howard haya reconocido que puedo ayudarlo a lograr este objetivo. Muchos caballos necesitan puntos de lazada para terminar sus campeonatos AQHA. Fuimos a aproximadamente 60 espectáculos de caballos de AQHA por año. Generalmente transportamos 16 cabezas de caballos mostrando la mayoría de ellos en cabestro, lazada y alguna otra clase de rendimiento. Todavía mantuve el juego de pies en unas 700 cabezas de caballos cuando estaba en casa. Disfruté cada minuto de este período de mi vida. Hay muchas historias y experiencias para compartir en otro momento. Creo que Howard indicó que el criterio principal para obtener este trabajo es que lidié bien con el caos, tuve bastante éxito al terminar con muchos campeones de AQHA, ganar muchos espectáculos importantes y calificar a varios caballos para el espectáculo mundial cada año. Disfruté este tiempo y nunca pensé que cambiaría o me iría, sin embargo, creo que pensé que el apretado calendario me hizo tratar de competir menos que completamente preparado y sentí que podría estar mejor preparado en mi propio horario. Chico, estaba equivocado, ahora no tenía la calidad de los caballos, las instalaciones, el personal de apoyo o el tiempo. Pronto descubrí que no era ninguna de estas cosas las que me faltaban, pero incluso con todas las cosas que tenía que cumplir, lo que estaba en mi corazón era para el caballo. Realmente me faltaba la experiencia que hacía que el caballo trabajara mejor desde dentro.
En 1982, cuando conocí a Ray Hunt, estaba bien preparado para conocer al hombre que se esforzaba, asumía la responsabilidad, dejaba a un lado la agenda personal y los prejuicios, y ponía al caballo y su comprensión en primer lugar. Todavía tenía y tengo mucho que aprender sobre esto, pero los ideales de los que habló Ray fueron fáciles de adoptar para mí, ya que tenía mucha experiencia pero estaba limitado por los prejuicios y la agenda personal que tenían muchos con mucha experiencia. Este estudio de la explicación de Ray sobre cómo el caballo se relaciona con nosotros y nuestras responsabilidades con el caballo ha cambiado mi vida y continúa brindándome muchas oportunidades de crecimiento, ya que cada experiencia trae la propiedad de muchos de estos ideales que Ray ha enseñado. Espero poder compartir estos pensamientos con cada uno de ustedes mientras construimos nuestra relación en clínicas personales, DVD, Internet o cualquier otro medio en el mundo de hoy.
Durante el resto de los años 80 vivimos y operamos una operación de entrenamiento y reproducción en Nebraska. Nuestros hijos estaban en edad de ir a la escuela secundaria y participaban activamente en High School Rodeo y otros deportes. Me desempeñé como director de su Asociación de Rodeo de Escuelas Secundarias.
El mercado de caballos estaba deprimido y era el momento perfecto para que yo dejara de exhibir y herrar y comenzara a formar más potros, ya que su valor era limitado a menos que fueran iniciados. Muchos criadores e individuos, sabiendo que estaba estudiando a Ray Hunt, me buscaron para compartir lo que estaba aprendiendo de Ray de boca en boca. Esto se extendió por Nebraska, Dakota del Sur, Iowa, Wyoming y Texas. Tuve la oportunidad de ayudar a iniciar 300 a 500 caballos al año.
Las cosas me iban bien, estaba aprendiendo mucho, tenía un negocio en crecimiento y algunos querían que hiciera videos o artículos en revistas. No me sentía preparada y como dije “no quería documentar mi ignorancia” (Lo que no sabía). En realidad, tenía hambre y principalmente quería llevar la comprensión que estaba aprendiendo de Ray a un nivel más alto de competencia.
Pero como intentaría compartir algunas de las cosas que estaba aprendiendo con mis amigos caballos y recogiendo algunas de las cosas que estaban haciendo. No estaban listos para dar un paso atrás y dejar de usar algunas de las ayudas de entrenamiento como martingalas, riendas, etc. que estaban usando para lograr el mayor nivel de competitividad que disfrutaban.
A fines de los años 80, había estado yendo de Nebraska a Texas para realizar clínicas durante varios años. Cuando tuve la oportunidad de ayudar a iniciar algunos potros para el entrenador de caballos de corte del Salón de la Fama, Kenny Patterson, me presentó a su cliente, Floyd Moore.
Floyd era un vaquero que tenía una tremenda pasión por el caballo de corte y toda esa industria. Proporcionó ganado para muchos entrenadores y grandes eventos y para los caballos y las familias de los caballos de los entrenadores que dominaban la industria.
Floyd invirtió mucho en algunos de los mejores prospectos, yeguas de cría y sem*ntales disponibles, entrenándolos y haciendo campaña. Cuando terminó su carrera en el espectáculo, entraron en su programa de cría en su hermoso rancho 6-J Paint de Huntsville, Texas.
Cuando conocí a Floyd, tenía algunas yeguas de 30 cuartos de milla que eran hijas de los mejores sem*ntales de la industria. También tuvo 3 sem*ntales APHA. Dos eran de Doc O Lena y uno de Little Peppy. Los tres procedían de la yegua APHA Delta, la yegua de corte campeona mundial de 1973; Delta Flyer fue uno de los sem*ntales 1986 NCHA Super Stakes Champion.
Floyd también tiene más de 100 productos jóvenes de este programa. Estos caballos jóvenes tenían de 2 a 5 años. No habían sido atados al cabestro, registrados o manejados como la mayoría de los caballos jóvenes provenientes de otros programas de cría de primer nivel.
Después de conocer a Floyd e ir a su rancho en Huntsville, Texas para domar algunos de estos caballos, pude ver su talento y la necesidad de ayudar a desarrollarlos para que estuvieran listos para encajar en los programas de aquellos que tenían la experiencia para prepararlos. ellos para el espectáculo. Me di cuenta de que esta era la oportunidad que estaba buscando, caballos talentosos criados de una manera que no adormeciera sus mentes y otros entrenadores ya disponibles para llevarlos a las competencias. Además de un hermoso ambiente de rancho con gastos generales bajos para que pueda desarrollar mi propio programa de reproducción, y el lugar para estudiar mi lección sobre cómo volver a entrenar la suavidad, la disposición y la capacidad de respuesta que imaginé que era posible a medida que progresaban a un nivel superior. . En 1990, después de negociar con Floyd, decidí dar un paso atrás en mi clínica y comenzar mi negocio para asumir este proyecto y estudiar mi lección sin que el público me mirara.
Al comenzar con estos caballos jóvenes, vendimos la mayoría de los caballos castrados de color sólido a los contactos de Floyd con el ranchero con el que había estado haciendo negocios de ganado durante mucho tiempo. La mayoría de las potrancas fueron a la banda de yeguas de cría. Algunos de los caballos que comencé los elegí para darles un entrenamiento más extenso. En 1993 mostré a Delta Blue, hija de Delta Flyer, y de una hija propia de Gay Bar King en el APHA World Show, me coloqué en el equipo de lazada y fui reserva Campeón del Mundo Junior Cutting Horse. Junto con mis otros deberes en el rancho, preparé otros 3 potros para la venta selecta de 2 años de NCHA. Dediqué de 6 a 8 meses en la preparación y ninguno pasó la proyección. Para mí, esto muestra el valor de la libertad que me dieron para estudiar mi lección. Como suele decirse, “Hay más que aprender en los fracasos que en los éxitos”. Algunas de esas lecciones fueron evidentes y algunas requirieron más masticación.
Nuestro programa siguió creciendo en tamaño, reputación y valor. El mercado de la pintura estaba caliente. 6-J Paint Horses había ganado 2 Campeones del Mundo. Uno de los campeones del mundo en este momento fue John Rothwell mostrando el Delta de Brigalena en lazada de terneros; el otro fue Scott MCCutcheon en Gay Bar Olena en el reining.
En 1996 habíamos crecido a alrededor de 120 yeguas de cría y aproximadamente 400 caballos en total. 6-J Paint Horses realizó su primera venta de producción para la que estábamos bien preparados. Fue bien promocionado y publicitado cuando ofrecimos 150 cabezas. Esta venta fue recibida con mucho entusiasmo con el caballo más vendido recaudando más de $60,000 y un promedio de más de $5600 en las 150 cabezas. Entonces comenzamos a disfrutar de mejores ventas privadas. Empecé a ampliar mi programa de cría personal. Una de las ventajas de mi trabajo era seleccionar un caballo cada año de los caballos de pintura 6-J para asociarme con Floyd.
Para 1999, mi programa personal había crecido y mis deberes en el rancho eran demasiado grandes para hacer justicia a ambos, así que renuncié a mi puesto en 6-J Paint Horses.
Volví a herrar para el público mientras continuaba desarrollando mis caballos y los que poseía en sociedad con Floyd. Mostré con éxito un sem*ntal que Floyd y yo teníamos juntos "Wynnin Getsya There" a su premio APHA superior de 50 puntos. Era hijo de "Delta Getsya There" y de una hija propia de Little Peppy y, en el fondo, una hija de Doc Bar.
Vendí mi parte de "Wynnin Getsya There" a Floyd y compré su parte de los otros caballos que teníamos en sociedad. Scott McCutcheon pasó a mostrar "Wynnin Getsya There" en el APHA World Show y lo convirtió en campeón mundial en el dominio senior.
Hay muchas más lecciones aprendidas de mis experiencias a través de este error de mi vida. Estas lecciones tendrán que ser compartidas en otro momento. Tal vez en una cita de calzado, una lección privada, una clínica, una nueva entrada en Internet, un futuro DVD o un libro.
Con el apoyo de nuestra hija Tresha Robinson y su esposo, Jason, trasladamos nuestro programa a Queen Creek, Arizona. Estaban allí, Tresha como veterinaria en Arizona Equine y Jason como herrador, ambos querían más de la información que sabían que yo tenía y que también necesitaban sus clientes.
Nuestro hijo Shane y su esposa Barb vivían en Colorado trabajando en un corral de engorde de ganado. Shane, cuando era más joven, desarrolló muchas habilidades como cordelero, pero se dio cuenta de que, como vaquero de corral de engorde, quería más ayuda con su equitación en otras áreas y también se mudó a Arizona.
Debbie y yo esperábamos desarrollar nuestro programa de reproducción y expandir mi negocio educativo a través de clínicas y lecciones. Trasladamos nuestras 20 cabezas de caballos a Queen Creek, Arizona en este nuevo camino.
Este nuevo camino pronto se volvió tan accidentado como el paisaje de Arizona. El herraje fue bueno y una gran demanda. El área educativa se había llenado tanto mientras me escondía estudiando mis lecciones. Algo de esto fue bueno, pero mucho se equivocó con soluciones rápidas y prescripciones sobre cómo hacerlo.
Las oportunidades de compartir las ideas que había estado estudiando no fueron recibidas con mucho entusiasmo. Mientras yo estaba fuera de la vista del público, habían surgido muchas caras nuevas con mucha cobertura de los medios, DVD de autopromoción, sitios de Internet, etc. estaban insatisfechos con lo que habían visto.
Nos mudamos a Arizona en marzo de 2001. En julio de 2001, mi esposa, Debbie, sufrió un ataque cardíaco grave que le costó la vida en la tercera parte delantera de su corazón. 5 días después tuvo un derrame cerebral que requirió mucha rehabilitación.
Se contrató para ser dura y se ha recuperado mejor de lo esperado. Ella continúa contribuyendo a nuestro programa, manteniéndome organizado haciendo la programación y las relaciones con los clientes. Ella cuida de nuestros caballos y ayuda con nuestros seis nietos.
Con los altos gastos generales de vivir en Arizona, el valor de la propiedad y el costo de alimentación para nuestro programa de cría, además de las nuevas facturas médicas, tuve que depender de mi fuente de ingresos más confiable, la herradura. Fue muy bueno durante los siguientes años. Pude establecer una gran base de clientes y dirigí un negocio de herradores múltiples. Disfruté trabajar con los otros muchachos y compartir con mis clientes de calzado sobre técnicas de calzado, solidez y problemas de comportamiento. Con este entorno uno a uno, este negocio continuó prosperando, pero a costa de descuidar el desarrollo de nuestros caballos. No había mucho tiempo para cabalgar.
Para la primavera de 2004, nuestro hijo Shane había completado una instalación para que nuestros clientes de herrado trajeran sus caballos para herrar. Éramos varios y trabajábamos en una especie de cadena de montaje. Alguien tirando zapatos, alguien preparando pies, alguien ajustando zapatos, alguien clavando y alguien terminando. Esto fue bien recibido, ya que pudimos hacer un trabajo de alta calidad, de gran volumen y eficiente en el tiempo y hacer que el cliente siguiera su camino. También ofrecimos un servicio donde podían dejar sus caballos durante la noche. Esto se implementó en gran medida para que pudiéramos dedicar tiempo al programa de crianza desarrollando a nuestros caballos para que estuvieran listos para competir con ellos.
Aquellos que trabajan para nosotros en este programa estaban fuertemente motivados para dejar sus propios negocios por la oportunidad de viajar conmigo y ayudar con este desarrollo.
En el otoño de 2004 sufrí una lesión en la cabeza que requirió cirugía cerebral. Me recuperé bastante rápido hasta el punto de que solo podía volver a calzar, sin embargo, durante 8 meses estuve tomando medicamentos anticonvulsivos que afectaron mi equilibrio y resistencia, por lo que al terminar de calzarme me retiraba por el día. Con estas nuevas facturas y contratiempos en el programa de entrenamiento vendimos la mayoría de los caballos que teníamos para nuestro programa de crianza.
Mi equipo se quedó conmigo hasta que dejé mi medicación y me recuperé. Con el programa de reproducción y la oportunidad de viajar conmigo, decidieron que sería mejor regresar a sus propios negocios y simplemente viajar juntos siempre que fuera posible.
En ese momento parecía que podíamos vender nuestra propiedad para obtener una buena ganancia. Con el programa de reproducción desaparecido, podría entrar en un lugar con menos gastos generales y simplemente hacer el entrenamiento y las clínicas. Dejé de herrar y comencé a llevar algunos caballos para entrenar y realizar algunas clínicas, incluso volví a conectarme con algunas de las personas de Nebraska, Iowa y Texas. Tuve un breve recorrido por la clínica en el otoño de 2006.
En un esfuerzo por llamar la atención del público, solicité un lugar en la competencia Road To The Horse Colt de 2007, ya que pensé que podía ofrecer algo más que arrastrarlos al nivel humano.
En diciembre de 2006, me rompí la pierna aún creyendo que estaría recuperado y listo para competir. Envié mi solicitud bastante tarde, pero solicité que si era demasiado tarde para el 2007 me consideraran para el 2008. No recibí la llamada; tal vez nunca lo recibieron a tiempo o alguna vez lo consideraron, probablemente sea lo mejor. Mi pierna nunca sanó satisfactoriamente. De hecho, se había convertido en un problema que alteraba la vida. Por primera vez en mi vida me volví totalmente dependiente de los demás.
Los valores de las propiedades disminuyeron, no pude trabajar en nada, tuve una rehabilitación extensa y facturas médicas. La gente respondió bien, realmente parecía que no era una carga. Esto me hizo darme cuenta de que Dios tiene el control y que Su pueblo es verdaderamente Sus manos y pies. Desde que recuerdo, he tenido una fe fuerte y creído en Dios y Su guía, pero ahora me doy cuenta de que la fe no debe ser privada sino que debe expresarse abierta y generosamente a los demás.
En 2008 solicité y recibí un Mustang para la competencia Extreme Mustang Makeover. Sentí que la competencia estaba hecha para mí ya que tenía la experiencia y el tiempo. Acababa de empezar a recoger algunos clientes de calzado y tenía mucho tiempo para este Mustang. Lo llamamos Guerrero por todas las batallas que tuvo que pelear. Warrior fue un gran caballo para comenzar y aprendí mucho sobre el Mustang y desarrollé mucho respeto por ellos. Warrior vino sin prejuicios ni agenda, muy confiado y no muy frívolo. Estaba muy dispuesto y deseoso de complacer. A medida que aprendió a confiar en las áreas donde todavía faltaba confianza, se hizo fuerte y se resistió a intentarlo. A medida que crecía su confianza, haría esas cosas con el mismo orgullo y confianza. Guerrero entrenó muy bien. Hay muchas historias que contar mientras se desarrollaba y mostraba su confianza y valentía. Con el apoyo moral, financiero y espiritual de muchos amigos, fuimos a Ft. Vale la pena emocionado y lo que me pareció bien preparado. La semana antes de irnos, hicimos un ensayo general en el Parque de Rodeo Gilbert Arizona, que fue grabado en video. El ensayo general fue muy bien y contó con la asistencia de amigos y simpatizantes.
Salimos para Ft. Worth, Texas, se siente muy preparado y confiado. Sin embargo, como participamos en Extreme Mustang Makeover, nos faltó preparación para algunas de las cosas en las que se otorgaron puntos y no llegamos a la final ni pudimos mostrar el rendimiento final para el que lo teníamos preparado.
Decepcionada con nuestro final y el apego que mi hija había desarrollado por Warrior observando su entrenamiento mientras lo mantenían en su lugar para su entrenamiento, ella adoptó a Warrior en mi nombre. Creo que esto es realmente una bendición ya que Warrior está disponible para continuar peleando estas batallas por las que fue nombrado.
Al regresar a Arizona decidido a hacer avanzar esta batalla, programé un reemplazo de mi rodilla porque sentí que mi pierna continuaría limitándome. Esto se hizo en noviembre de 2008 con un esfuerzo extremo de fisioterapia. Hubo un intento de comenzar a montar y pronto volví a practicar herradura con la ayuda de un recién graduado de una escuela de herradura, Jesson Nelson, hijo de un conocido de caballos desde hace mucho tiempo. Jesson fue una bendición ayudándome a mantener mi herradura al día. Mi pierna no respondía muy bien y montar era doloroso y difícil. Lo intentaría de vez en cuando sin mucha mejoría. Continué haciendo mi fisioterapia y herrando caballos.
En febrero de 2010, como estudiante de Ray Hunt, tuve el honor de poder participar en la Clínica Ray Hunt Memorial en Ft. Worth, Texas. Junto con otros 20 estudiantes de Ray, incluidos 3 de sus nietos, todos comenzaron un potro. Esto mostrando el legado que dejó su leyenda. Cuando todo terminó, se pidió a los asistentes que votaran por la persona que más representara los ideales que Ray nos había animado a todos a aprender. Fui seleccionado como esa persona y recibí la silla de montar Dale Harwood personal de Ray. Que honor y premio. Me parece irónico que fui a honrar a un amigo y me siento tan honrado, especialmente en un momento en que estoy luchando por obtener la validación de las cosas que he aprendido.
Como dijo la esposa de Ray, Carolyn: "Esto no fue una competencia, sino una forma de honrar a Ray y al caballo". Para aquellos de ustedes que conocieron a Ray, saben qué honor es esto. Para aquellos que no conocieron a Ray, espero que mientras continúo compartiendo sus ideas, ustedes también puedan sentir de alguna manera que también lo conocen.
Cuando salí de Ft. Worth, muchos de los amigos de Ray me felicitaron y me aconsejaron que "mantuviera la realidad". Como escuché en un evento de Promise Keepers, Dios te está preparando para lo que ya ha preparado para ti.
He tenido que "mantenerlo real" ya que con mi pierna mala y la falta de equitación, no tengo caballos lo suficientemente avanzados como para correr alrededor del mundo diciendo mírame. Tuvimos la suerte de encontrar una instalación y una casera que está dispuesta a trabajar conmigo mientras trato de desarrollar algunos caballos y proporcionar un entorno para compartir mi visión con ustedes.
Así que estoy "Manteniéndolo real" mientras me pongo los pantalones todas las mañanas para ir a herrar caballos y vuelvo a casa todas las noches y me pongo las botas para montar mis caballos y compartir algunas ideas con algunos de ustedes lo suficientemente valientes como para soportar el verano Arizona calor. Esto lo ha mantenido real y posiblemente divertido.
Estamos organizando algunos eventos de otoño que serán reales y divertidos. Realmente siento que esta historia de experiencias, oportunidades y las personas que me han influido me permitirán acortar su curva de aprendizaje si está dispuesto a acompañarme. ¡Espero verte pronto!
¡Felices Caminos y Gloria a Dios!
